Situado en Arcos de la Frontera, un pueblo blanco en lo alto de una colina situado dentro de la Sierra de Cádiz.
MAJESTUOSO
No hay otra palabra para describir la imponente silueta de Arcos de la Frontera, tal como aparece ante ti. Aparentemente casi aferrado a la roca sobre la que se ha mantenido desde la época romana. Hoy en día, este magnífico pueblo en lo alto de una colina, reconocido como monumento de importancia histórica y artística en 1962, consta de dos distritos y ofrece unas vistas espectaculares de los alrededores.
Partes de la ciudad se encuentran dentro de los límites del Parque Natural de Los Alcornocales. Rodeada por el sinuoso río Guadalete, sus empinadas y estrechas calles serpentean con encanto alrededor de sus lugares más preciados. Su castillo, y las iglesias de Santa María y San Pedro. Situada sobre el solar de la antigua colonia romana de Colonia Arcensis, los musulmanes la llamaron Medina Ar-kosch.
Testigo de feroces batallas entre musulmanes y cristianos a lo largo del siglo XIII, en 1250 cae bajo el control de Fernando III, que cambia el nombre de la población por el actual Arcos. Sus habitantes musulmanes se mantuvieron, para ser finalmente expulsados por Alfonso X en 1264 tras rebelarse contra la autoridad cristiana.
La villa fue cedida a Ruy López como señorío en 1408 y, desde 1440 hasta el siglo XVIII, perteneció a la casa noble de Ponce de León. A principios del siglo XVIII la villa fue galardonada por el Rey con el título de “villa noble y fidelísima” tras apoyar a Felipe V en la Guerra de Sucesión. Numerosas publicaciones han calificado a Arcos de la Frontera como el pueblo más bonito de España.
Llegada de 15,00 a 18,00
Salida de 08,00 a 12,00
Registro tardío o anticipado únicamente mediante acuerdo previo, sujeto a disponibilidad y puede incurrir en un costo adicional.
Tenga en cuenta que la propiedad es solo para adultos y no se permiten niños menores de 18 años en el edificio.